Claves para una comunicación eficaz: Lo que gana el Papa Francisco al romper sus discursos

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Por: Antonio Olivié

¿Cuántos líderes mundiales son capaces de tirar un discurso a la papelera e improvisar uno nuevo delante de una multitud? El Papa Francisco lo hizo en un reciente encuentro con jóvenes en Paraguay.

El gesto de romper el propio discurso, además de seguridad y audacia, revela varios elementos clave para cualquier comunicador:

Empatía. Saber escuchar a la audiencia. El Papa Francisco cambió la orientación de sus palabras tras escuchar el emotivo testimonio de varios jóvenes. Se puso en su piel y fue capaz de construir un discurso sobre los cimientos de lo que le acababan de relatar. Frente a mensajes planos, fabricados a miles de kilómetros de distancia, saber adaptar el discurso a la audiencia es algo que capta profundamente la atención.

Sorpresa. Romper el guión previsto es un elemento que desconcierta, que llama la atención. Por eso se convierte en una noticia relevante. Y es una de las grandes virtudes del Papa Francisco a la hora de comunicar, que pocas veces hace lo que los medios informativos y la propia audiencia esperan ver. La sorpresa es una buena puerta de entrada para la comunicación. En una época en la que cualquiera puede acceder a toneladas de historias, ser previsible es la mejor forma de pasar inadvertido.

Autenticidad. Frente a la ‘comunicación de laboratorio’, perfectamente estudiada por un comité de expertos, tal y como acostumbran a hacer otros líderes mundiales, el Papa Francisco habla desde el corazón, desde la propia experiencia. Por eso no necesita un texto escrito. No llama a derribar muros sin mancharse las manos, ni a levantar banderas que él no haya levantado antes. Todo lo que dice, más allá de estar pensado, ha sido vivido. Esa experiencia previa le aporta autenticidad a su comunicación.

Buscar lo que une. Si algo impulsa el Papa Francisco es la necesidad de encontrar elementos que unan, no que dividan. Aprovechar las palabras de otras personas para fabricar el discurso propio es una forma genial de acercar posiciones y demuestra un profundo respeto al interlocutor. La última encíclica papal, presentada por un patriarca ortodoxo, es reveladora de ese interés por sumar a todos en una causa común. A través de la aceptación común de causas mayoritariamente aceptadas se puede plantear un diálogo con quienes no piensan igual, porque se parte de un punto de vista común.

Actúa, no basta hablar. La comunicación del Papa Francisco funciona porque esta ligada a una acción. No se limita a los mensajes, los vive en sí mismos o llama a actuar en concreto. Cuando habla de caridad y de acercamiento a los pobres, lo demuestra con gestos que revelan austeridad, en su vida privada y en su desempeño público, cuidando hasta el tipo de vehículos en que se desplaza. Hay toda una generación desilusionada con las ideologías, que ya no cree teorías, quiere ver la práctica. La valentía de desechar un discurso escrito y lanzarse a improvisar otro nuevo es un acto de humildad, demuestra públicamente que las palabras del otro te han hecho rectificar tus esquemas previos.

Fuente: Blog Antibobalización