Por: Javier Galué
Pues sí, vienen meses de subida de tono político porque tenemos elecciones en mayo del año que viene ¿y eso qué significa? Un aumento progresivo de la conflictividad en la política que repercutirá en las noticias, las redes sociales, en el bar, en el trabajo, etc.
Los ciudadanos estaremos expuestos y seremos el objetivo de campañas, de rumores creados, de posverdades o desinformaciones, de encuestas y de estrategias para seducirnos y votemos a favor de unos o en contra de otros. Sin embargo, como ciudadanos tenemos que estar conscientes que no solo intentarán convencernos para votarles, intentarán emocionarnos, intentarán tocarnos la fibra y llegarnos al corazón que es lo que ahora buscan todas las organizaciones políticas porque saben que en la emoción es donde está realmente el poder de la decisión del voto en la gran mayoría de los ciudadanos.
Cuando una organización política o una marca nos emociona, nos mueve y conmueve, nos tienen casi ganados como votantes o como clientes. Cuando solo nos convencen corren el riesgo de que luego venga la competencia y nos convenza de lo contrario… Por eso vemos por ejemplo en la publicidad de un coche cómo nos cuentan una historia, nos muestran a una familia, “un niño en una ventana en un día lluvioso esperando que llegue el padre o la madre con el coche”, o “una pareja que vive una historia romántica interesante”, etc., porque quieren que asociemos su producto con nuestra parte emotiva. Quieren ganarse nuestros corazones. Hace algunos años en la publicidad de coches nos explicaban las especificaciones del coche (prestaciones, motor, extras, etc.). Hoy solo nos cuentan una historia y nos nombran, casi siempre al final, el nombre y modelo del producto. En política también se están (estamos) aplicando las mismas estrategias y tácticas porque son realmente muy efectivas.
Pero entrando en mi mundo de las emociones en política ¿por qué en la política suelen prevalecer las emociones negativas?
Muchas investigaciones al respecto sugieren que la respuesta está en nuestra evolución. La naturaleza y cientos de miles de años evolucionando como seres humanos nos han ido dando herramientas para sobrevivir en nuestro entorno. Una de las maneras de preservar nuestras vidas es precisamente haciendo que nuestros cerebros presten una mayor atención a los problemas que a las soluciones, a los estímulos negativos que a los positivos. Los estímulos negativos nos pueden hacer daño y por eso la naturaleza nos intenta proteger y nos ha “programado” con algunos instintos y emociones para que reaccionemos con mucha mayor intensidad y rapidez a los estímulos negativos. Por eso ponemos mucha mayor atención a los problemas, a lo malo que ocurre o puede ocurrir, a las malas noticias, etc. Las emociones negativas como el miedo o la rabia son mucho más intensas y reaccionamos con más fuerza ante ellas que con la alegría o el regocijo.
Otros estudios recientes han demostrado que un exceso de conflictividad en el ambiente político hace más extremas las posiciones políticas de los ciudadanos activamente involucrados pero puede incrementar la apatía y el descontento de otros ciudadanos menos involucrados en el tema político.Las emociones negativas tienen un gran poder sobre nuestro comportamiento y eso es conocido por todos los profesionales que trabajamos en la comunicación política ¿Cuáles son las consecuencias? ¿En qué nos afecta como ciudadanos? Es fácil deducir que lo más probable es que en un año preelectoral comiencen a aflorar una gran cantidad de noticias negativas que entren dentro del juego emocional de las campañas electorales, que ya nos son solo unos días antes de las elecciones, las campañas ahora son continuas, pero se intensifican cuando se acercan unas elecciones. Por esa razón inexorablemente comenzaremos a leer, ver y escuchar más noticias negativas y posiblemente con un tono y un lenguaje que se irá haciendo más conflictivo.
Como receptores de miles de mensajes es muy recomendable que siempre intentemos no dejarnos llevar por la primera noticia que leamos, sobre todo si la leemos en las redes sociales, porque no tenemos la certeza de que sea una información real y de que no haya sido hecha exclusivamente para crear ruido o confusión.
Como ciudadanos y votantes ya sabemos que será un año intenso en este sentido y estamos avisados. Queda de nuestra parte tomarnos las cosas con calma, recapacitar y en algunas ocasiones contar hasta diez para luego actuar. La decisión del voto es importante y afecta cada vez más nuestras vidas y las de nuestros familiares, por lo que es bueno preparase desde el sosiego y la reflexión para unos meses intensos e interesantes.
La siguiente generación nos lo agradecerá…
Fuente: Blog Política Comunicada